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martes, 26 de marzo de 2013

Buscando lobos en la Sierra de la Culebra

Este pasado fin de semana tocaba viajar a la Sierra de la Culebra, dentro del programa de actividades de la Asociación de naturaleza y senderismo Elefante Rocoso. El objetivo principal del viaje era poder observar al lobo ibérico, una de las joyas de nuestra fauna salvaje, pero también realizar varias rutas de senderismo por la zona y conocer esta agreste comarca zamorana. Y precisamente fue una ruta de senderismo lo primero que hicimos, el sábado por la mañana. Partiendo del pueblo de Villanueva de Valrojo, realizamos una caminata circular que nos llevó por los campos y bosques cercanos. Como se puede ver en esta foto, el agua abundaba, al igual que en muchos otros parajes peninsulares debido al lluvioso invierno que estamos teniendo.


Pronto vimos nuestra primera especie interesante del fin de semana, este ejemplar de águila culebrera (Circaetus gallicus), de regreso tras pasar el invierno en África.


La ruta transcurría entre campos de vegetación arbustiva y pequeñas manchas boscosas, fundamentalmente de roble melojo (Quercus pyrenaica).



En cuanto a las aves observadas durante la ruta, además del águila culebrera, caben destacar otras como cigüeña (Ciconia ciconia), milano real (Milvus milvus), tarabilla (Saxicola torquatus), carbonero (Parus major), arrendajo (Garrulus glandarius), camachuelo (Pyrrhula pyrrhula) o varios ejemplares de piquituerto (Loxia curvirostra), como este macho.


Otro aspecto interesante de la ruta era la presencia de los corralones, construcciones típicas de la zona que sirven para guardar el ganado y protegerlo de los lobos. Alguno estaba aún en buenas condiciones y apto para el uso, mientras que otros estaban en completo abandono, dando muestra de que la actividad pastoril ha ido cayendo con el paso de los años.



Y hablando del lobo, en esta zona, que posteriormente nos confirmaron que solía frecuentar el lobo, encontramos estas huellas, que perfectamente podrían ser del emblemático Canis lupus signatus. Aunque tampoco lo podemos asegurar al cien por cien, ya que pueden ser muy similares a las de determinados perros. Pero por la lejanía del núcleo de población, y haber visto también muchas huellas de animales salvajes, creemos que podrían ser de lobo.


Al finalizar la ruta, y tras regresar a la casa rural en la que nos alojábamos, quedamos con nuestro guía local para hacer la primera de las esperas para intentar observar lobo. Para ello nos dejamos llevar por el guía a uno de los oteaderos de la zona desde los que se puede ver al cánido, y nos dispusimos a esperar pacientemente el atardecer, prismáticos y telescopios en ristre.




Tras un rato, y aún con mucha luz, observamos a los primeros ciervos del fin de semana, varios machos con una hermosa cornamenta.



Pero la tarde iba cayendo, y el rey del bosque seguía sin aparecer. A pesar de saber previamente que su observación es muy difícil, y que es cuestión de suerte, no nos resistíamos, y estuvimos aguardando hasta que la noche se nos echó encima. La luna salió, pero el enigmático animal no hizo acto de presencia, o al menos nosotros no los conseguimos ver.



Tras este primer intento, a la mañana siguiente, nos levantamos muy temprano, antes del amanecer, para hacer una segunda espera en otro de los puntos que hay por la zona y que son apropiados para observar lobo. Fuimos los más madrugadores y los primeros en llegar, pero pronto se nos unieron otros aficionados en la búsqueda del mismo objetivo. En torno a una docena de personas estábamos allí con la esperanza puesta en que alguno de los demás soltase la deseada frase: "¡El lobo!". Pero para nuestra desilusión, esto nunca se produjo, y tras otra fallida espera, abandonamos el lugar para hacer la segunda ruta de senderismo que teníamos planificada.

Foto: Pilar García García

La ruta del domingo la hicimos desde el pueblo de Villardeciervos hasta el embalse de Valparaíso. El día estaba un poco más gris y en algunos momentos nos acompañó la llovizna. Pero esto no nos impidió disfrutar de las hermosas vistas del embalse, así como de la naturaleza del camino.  



La ruta, circular, finalizaba de nuevo en Villardeciervos, en donde conocimos las dos fuentes del pueblo, la del Caño Grande y la del Caño Pequeño, probando ambas aguas como mandaba la guía, para averiguar en primera persona si las aguas de cada una tenían cierta diferencia de sabor, como parece ser que aseguran los vecinos de la zona. Los que las probamos, no descubrimos esa diferencia, aunque seguramente será por nuestro bruto paladar...


Lo que sí supimos apreciar fue la belleza del entorno, la constante presencia de vida que nos acompañaba, así como las bonitas calles empedradas y casas solariegas del hermoso pueblo de Villardeciervos. Allí, pudimos contemplar uno de esos viejos oficios en desuso, el de campanero, que subido en el campanario del pueblo hacía repicar las campanas como queriendo recibirnos.

Petirrojo

Fuente del Caño Grande y Villardeciervos al fondo


Campanario y campanero

Para finalizar, la clásica foto de grupo, en este caso más bien de "grupo reducido", ya que fuimos únicamente 5 personas los que nos apuntamos a este viaje de la Asociación Elefante Rocoso. Aunque sobra decir que con buena compañía y en un lugar tan especial como la Sierra de la Culebra, no necesitábamos ser mas.

De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Luis, Antonia, Pili, Quique e Ilde.



Imágenes y texto bajo licencia Creative Commons
Enrique Sampedro Miranda

6 comentarios:

  1. Nosotros tampoco conseguimos ver al deseado cánido cuando nos pasmos por allí, pero no puede decirse que el viaje se desperdiciase, porque es un zona preciosa y un ejemplo de que la conservación del lobo puede traer efectos positivos en el vecindario. Además, es el lugar de España donde hay mejores ejemplares de ciervo, muy codiciados por los cazadores, otro efecto positivo de la presencia del depredador y la selección natural que ejerce.
    Saludos.

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    1. Pues mira, ya han sido varios los que me han comentado lo mismo, que tampoco lo habían visto. Así que, aunque sea una tontería, me sirve de consuelo saber que no hemos sido los únicos... Y bueno, aunque te vuelves con la lógica desilusión de no haber visto al lobo, el viaje por supuesto que merece igualmente la pena. Ciervos vimos muchos, como tú comentas, y luego está el haber conocido una zona tan auténtica como aquella. Así que la experiencia, muy positiva.
      Un saludo Jesús.

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  2. Muy chula la entrada. La verdad es que me han entrado aún más ganas de ir a la sierra de la Culebra. Yo también conozco a varios amigos que han ido hasta ahí y no han podido ver al lobo. Supongo que el que sea tan escurridizo y difícil de localizar en el fondo resulta una ventaja de cara a su conservación, para evitar ser cazada o atacado por otro tipo de personas que prefieren que desaparezca...

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    1. Hola Inés. Pues sí, el que ser un animal tan escurridizo es debido a siglos y siglos de persecución por parte del hombre, y gracias a eso ha sobrevivido.
      En cuanto a la Sierra de la Culebra, es un sitio muy que merece la pena visitar. Yo tengo idea de repetir pronto, porque me he quedado con las ganas de ver al lobo, así que volveré a intentarlo.
      Un saludo y gracias por tu comentario.

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  3. Lo bueno de que Vds. no hayan tenido la suerte de ver al lobo es que de esta manera el lobo permanece más tranquilo y a salvo de cualquier clase de codicia humana. La gente suele ser cotilla por naturaleza y muchos de aquellos que ven al lobo se lo dirán a otros sin escatimarles siquiera la posición o el área donde los han podido ver, lo cual va en perjuicio claro del cánido.

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    1. Entiendo el sentido de tu comentario. Aunque si lo hubiésemos visto, no sería ninguna novedad. Si por algo es conocido precisamente la Sierra de la Culebra es por su densidad de lobos. Todo el mundo sabe que es uno de los mejores lugares de la península para poder verlos. Y precisamente por eso en la zona se ha desarrollado un turismo de naturaleza en torno al lobo que beneficia a la población local, y sin ninguna duda al propio lobo. Seguro que no hay ningún otro lugar en que la población defienda más al lobo que allí, debido a que supone un verdadero recurso económico.
      Saludos.

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